Publicada el 12 septiembre, 2025
En la planta baja del edificio Margarita Malharro de Torres de la Legislatura provincial, se vivió un acto cargado de emoción y gratitud hacia la docencia mendocina. En este espacio, el Senado de Mendoza declaró de interés los aportes socio-culturales y educativos del profesor Rogelio Alberto Aguilera, en un reconocimiento que trasciende lo institucional y se transforma en un homenaje a la vocación y al compromiso con la educación pública.
La iniciativa, impulsada por el senador Sergio Marquez, fue respaldada por unanimidad en el recinto, reflejando la importancia de distinguir a quienes con su tarea diaria dejan huellas profundas en la sociedad.
El legislador oficialista, al presentar el reconocimiento, resaltó que en el marco de la Semana del Maestro se celebraba la labor de un educador ejemplar. Puso en valor la trayectoria de Aguilera, su capacidad de innovar en el aula y su espíritu solidario, recordando cómo logró despertar el interés por la lectura a través de un puente tan popular como el fútbol, y destacando que su aporte como escritor y docente ha ido siempre acompañado de un profundo compromiso social.
Aguilera, además de su labor como maestro y autor de libros, decidió ceder los derechos de autor de sus obras a la Dirección General de Escuelas, con el propósito de que estén disponibles de manera gratuita para docentes y estudiantes a través del portal educativo provincial. Este gesto, que fue subrayado durante la ceremonia, sintetiza la generosidad de un maestro que entiende a la educación como un bien colectivo.
El docente ha publicado títulos que recorren tanto la vida cotidiana en la ruralidad como la riqueza cultural y antropológica de Mendoza, entre ellos Penales de la siesta, Unidos por la piel, Cuando vivía en el sol y Viajero, un misterio del desierto. Dichas obras no solo aportan al campo literario, sino que constituyen un registro sensible de la educación y la sociedad mendocina.
Actualmente, Aguilera integra el Equipo Técnico de Planeamiento de la Calidad Educativa de la Dirección General de Escuelas, desde donde continúa aportando a la construcción de una educación más justa, inclusiva y socialmente comprometida.
El momento más esperado llegó cuando el propio Rogelio tomó la palabra. Visiblemente emocionado, compartió que al preparar la presentación con fotografías de su recorrido docente revivió sus 22 años de trabajo en escuelas rurales y urbanas, en desiertos y ciudades, encontrándose siempre con alumnos y colegas que le dieron sentido a su tarea. Recordó a maestros y maestras que marcaron su camino, evocó escenas de su paso por distintas comunidades y subrayó la fuerza del esfuerzo colectivo de la docencia mendocina, capaz de lograr que los niños lean aún en contextos de enorme dificultad.
Se mostró conmovido al reconocer que este homenaje no era solo personal, sino el reflejo del compromiso de miles de educadores que día a día ponen el corazón en su trabajo.
Agradeció además a su familia, a sus colegas y a sus alumnos, y expresó sentirse feliz y profundamente agradecido por ser maestro, convencido de que la educación es un camino compartido en el que todos son protagonistas.
El acto concluyó con un cálido aplauso que selló la entrega de la distinción. Más que un cierre, fue un símbolo de gratitud hacia un docente que ha sabido transformar cada aula en un espacio de encuentro, cada libro en una oportunidad de aprendizaje, y cada paso en una huella que inspira a toda la comunidad educativa mendocina.