28/09/2017-
De esta manera, la Secretaría de Cultura de la provincia brinda un espacio destinado a autores mendocinos para la divulgación y comercialización de sus obras. Es la primera de su tipo en el país y funciona en el edificio de la secretaría antes mencionada.
La Vicegobernadora Laura Montero junto al Secretario de Cultura, Diego Gareca; al director de Ediciones Culturales, Alejandro Frías y al intendente de Capital, Rodolfo Suárez, dejaron inaugurada la Librería Pública Gildo D’Accurzio. Participó también del evento el músico y compositor rosarino, Litto Nebbia.
De esta manera, la Secretaría de Cultura de la provincia abrió las puertas de la librería pública Gildo D’Accurzio, la primera de su tipo en el país y que funciona en el edificio de la secretaría, Av. España 1260 esquina Gutiérrez de la Ciudad de Mendoza.
Vale destacar que los títulos que se pueden adquirir en este novedoso espacio abarcan diversos géneros y son solamente de autores mendocinos. Pueden encontrarse diversos formatos como libros, música, cine y reproducciones de artistas plásticos, entre otros.
La librería tiene como protagonista la gran colección de libros editados, en diversas épocas, y los producidos recientemente por Ediciones Culturales, pero con la intención de que todos los artistas que quieran comercializar su producción tengan un espacio disponible.
En el acto de inauguración, la vicegobernador de la Provincia, Laura Montero dijo: “Siempre es un aporte, sobre todo cuando se trata de espacios perdidos, que se van reciclando y transformando sobre todo para dar una prestación a la ciudadanía. En mi vida los libros, la música y el deporte han sido mis mejores aliados”.
Además felicitó al secretario de Cultura por la iniciativa y destacó: “Es importante que de a poco vayamos recuperando los espacios públicos para entregarlos al disfrute de la gente”.
Un referente de nuestra cultura
Gildo D’Accurzio fue uno de los personajes más importantes de la cultura mendocina. Desde su imprenta y sello editorial publicó y difundió el trabajo de decenas de autores locales que, de otro modo, se hubieran perdido por obra de la censura de la dictadura militar.
En 2015, se descubrió una placa que recuerda que, en la esquina de Buenos Aires y Rioja, de la Ciudad de Mendoza, donde actualmente funciona el teatro bar Los Angelitos, alguna vez D’Accurzio tuvo su imprenta, desde la que salieron títulos y autores que trascendieron las fronteras provinciales y nacionales.
En aquella oportunidad, Rodolfo Braceli calificó a la imprenta de D’Accurzio como una “maternidad”, por el nacimiento que allí tuvieron tantos libros, y destacó la figura del imprentero casi como la de un mecenas. “Siempre le íbamos a pagar, algún día”, ironizó Braceli sobre lo que D’Accurzio nunca cobraba, ya que publicaba a los escritores mendocinos sin pedir nada a cambio.
El destacado periodista mendocino dijo además que “la imprenta era como madera santa para los clavos literarios” y recordó que Julio Cortázar, mientras vivía en Mendoza, dudó sobre publicar uno de sus libros en una editorial de Buenos Aires o en la imprentita de Mendoza, destacando así la importancia que tenían los libros que nacían en esa esquina del centro.
D’Accurzio quiso vender por muy poco dinero la imprenta, que luego funcionó durante un tiempo en la cárcel, más tarde en el Círculo de Periodistas, hasta perderse, por último.
En la imprenta de D’Accurzio nacieron libros de autores como Fernando Lorenzo, Alberto Rodríguez (h), Antonio Di Benedetto, Tejada Gómez y hasta la segunda edición del primer libro de Braceli, Pautas eneras, ya que la primera edición fue quemada por el gobierno de facto de entonces.