29/06/2017-
Scacco perteneció a una generación que marcó un antes y un después en las artes plásticas de Mendoza. Falleció en el mes de abril a sus 87 años. En esta oportunidad, será reconocido por sus pares y familiares.
El gran artista plástico mendocino José Scacco será reconocido este miércoles 5 de julio a las 20, en el Salón de los Gobernadores de la Legislatura de Mendoza.
La actividad se realizará en el marco de #LegisArte, el área destinada al desarrollo Cultural dentro y fuera de la Legislatura, que busca incluir y fomentar las Artes, trabajando en conjunto con otras instituciones culturales para el aporte y desarrollo de un nuevo Polo Cultural en la Provincia.
En esta oportunidad se exhibirán las obras del pintor, quien falleció en el mes de abril, lo que causó un gran dolor entre sus pares y familiares.
La muestra podrá apreciarse durante todo el mes de julio y quedarán exhibidas en forma de reconocimiento al artista, a su generación, al paisaje mendocino y a la recuperación de la identidad cultural provincial.
«Que venga la obra del Pepe a la Legislatura significa no sólo defender nuestra identidad cultural, sino también el registro de los paisajes más surrealistas y oníricos de nuestra tierra”, manifestó Rubén Antinori, responsable de #LegisArte y ex alumno de Scacco.
Ya agregó: “Sus obras significan una muestra pura de amor, porque el Pepe era eso, era un pasional y un soñador terrenal que supo crear y transmitir a sus estudiantes su propia pasión por el arte. El Pepe lograba transformar el entorno en una gran familia. Desbordaba humanidad».
Su trayectoria
Nacido en 1930 en Maipú, José Scacco fue uno de los representantes de una rutilante generación, en la que coincidieron también artistas del talle de Antonio Sarelli, Sara Rosales, Alfredo Ceverino y Ángel Gil, entre otros.
Después de algunas incursiones en el dibujo técnico, decidió ingresar a la Escuela Provincial de Bellas Artes, en donde se recibió en 1970.
De esa etapa siempre recordó a profesores como el arquitecto Puig, Laura Picchetto y a Hernán Abal, además de quien fuera su ilustre director, el poeta Jorge Enrique Ramponi. Aquí sería, además, docente por más de 30 años.
En 1978 realizó su primera exposición individual en la galería Zoireff (Mendoza) y en 1982 inició una serie de presentaciones en Buenos Aires, en galerías y espacios institucionales.
Entre algunas de sus exposiciones, son recordadas las de 1991 (en el Museo Emiliano Guiñazú Casa de Fader), la del 2005 (en el Espacio Contemporáneo de Arte) y en 2010 (también en el Museo Emiliano Guiñazú).
“Travesía infinita” fue su última muestra, que tuvo lugar el año pasado en la Nave Cultural. Luego de ella, “Pepe” (como lo llamaban sus amigos) no volvería a pintar, aunque su legado ya estaba escrito: ocupa en la historia de la plástica mendocina una página que futuras generaciones se encargarán de leer y releer.
Es que su sensibilidad llevó, según algunas interpretaciones, el paisaje mendocino hasta un nivel superior: el de la metáfora, a la que llegó captando cielos y montañas desde una mirada surrealista y americanista.