La Legislatura reconoció a dos bibliotecarios mendocinos desaparecidos

13/09/16-

Uno de ellos trabajaba en la Biblioteca del Banco de Mendoza y el otro en la Biblioteca San Martín. El acto se realizó por iniciativa de la senadora Daniela García y el senador Ernesto Mancinelli.

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La Legislatura de Mendoza se suma de manera colectiva a ejercitar la memoria y los recuerdos de aquella generación: nombres, fotografías e historias de aquellos que ya no están pero que, sin embargo, caminan con nosotros más que nunca.

 

Es por ello que hoy se realizó un homenaje a dos bibliotecarios mendocinos quienes desaparecieron en la última Dictadura Militar. Se trata de Napoleón Argentino Araneda, quien trabajaba en la Biblioteca del Banco de Mendoza; de y Pedro Ulderico Ponce Sgattoni, quien lo hacía en la Biblioteca General San Martín. El proyecto fue presentado por la senadora Daniela García y el senador Ernesto Mancinelli.

 

Además se colocará una placa conmemorativa en el ingreso de la Biblioteca de la Legislatura, cuando culminen las obras de remodelación que se están llevando a cabo, según informó el senador Mancinelli.

 

Participaron de la actividad, la vicegobernadora Laura Montero; los autores del proyecto; y la titular de la Casa de la Memoria, Susana Muñoz. Además estuvieron presentes la directora de Derechos Humanos de la Provincia, Luz Faingold; la directora del área de Género y Diversidad de la Provincia, Silvina Anfuso; y la diputada nacional, Gabriela Cousinet.

 

Durante la apertura del acto, la senadora Daniela García recordó el inicio de la última dictadura y puso en valor la vida de los dos bibliotecarios desaparecidos. Además explicó que eligieron esta fecha ya que mañana es el día del Bibliotecario, en conmemoración de la creación de la Biblioteca Pública de Buenos Aires (hoy Biblioteca Nacional), creada por un decreto de la Primera Junta el 13 de septiembre de 1810.

 

García además indicó: “No sólo padecimos la persecución y los actos más horrendos contra la vida humana, sino que además los ámbitos culturales y educativos fueron controlados, agredidos e intervenidos a través de lo que el propio gobierno dictatorial”.

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Por su parte, el senador Mancinelli valoró la apertura de la Casa de la Memoria: “Este espacio logró recopilar de forma exclusiva la reconstrucción de los archivos de todos los desaparecidos de la Provincia”. Además informó que intentaron contactarse con la familia, pero a pesar de realizar todas las gestiones no lo lograron por lo que consideraron que la mejor persona en acompañar y recibir la placa es Susana Muñoz.

 

La titular de la Casa de la Memoria expuso: “Luego del periplo de ser secuestrada y llevada fuera del país, me pregunté porqué sobreviví; y la respuesta fue para contar lo que pasó.

 

Muñoz además recordó la figura de Mariano De Vedia, un diputado de hace más de 100 años, quien pronunció: “Es deber de los que estamos contar contarles a los que viene cómo eran los que se fueron”.

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“Desde el 2000, junto papeles como ratón de biblioteca buscando las historias de cada uno de ellos (desparecidos). En Mendoza empecé con una pequeña lista que me dieron las madres de 178 desaparecidos”, indicó Muñoz

 

En tanto, la vicegobernadora expuso: “A los que nos tocó vivir esa época tan dura la vivimos desde el terror, desde le miedo de salir a la calle, desde el miedo a circular, desde el miedo a tener un libro, desde el miedo a la acción”.

 

“Yo recuerdo que en esa época iba al colegio secundario, y nos bajaban de los colectivos para solicitarnos los documentos y si te lo habías olvidado en tu casa empezabas a temblar ya que te llevaban preso directamente”, manifestó Montero.

 

La mandataria también recordó: “En esa época iba desapareciendo gente pero ni siquiera teníamos noción de cuantos, por esto es que considero que es una obligación histórica que nosotros tengamos hoy esta conmemoración, para dejar constancia de esa gente que desapareció por defender sus ideas y por defender sus principios”

 

El presente homenaje anhela recuperar la presencia, lucha y aspiración de una generación de jóvenes que respiraba la posibilidad de cambiar el mundo con sus convicciones y su participación activa en un momento histórico de nuestro país.

 

Aquellos hombres que con su humilde labor como bibliotecarios eran guardianes de nuestros datos, archivos, libros y diarios. Revalorizar los espacios institucionales como ejercicio de la memoria colectiva es transformarlos en espacios-puente entre esa generación y las siguientes, por ello nuestra solicitud de otorgar una placa conmemorativa y realizar un reconocimiento a estos dos jóvenes desaparecidos.

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